El centro de la yema
El mes de julio fue un período muy intenso, pero a la vez lleno de aventuras. Llegaron diez voluntarios de siete países europeos diferentes. también tuvimos el placer de conocer a cinco artistas que pintaron varios lugares de Camprovin y nos involucraron en la creación de murales y esculturas cada uno con una temática diferente. Todos unidos por el contacto con la naturaleza y sus pigmentos, los colores del local el vino, las abejas, las lavanderas y la memoria de los habitantes quedaron impresos en los postales con materiales reciclados. Esto me está inspirando para poder superarme y ver el mundo del arte y todo lo que tiene en común con otros ojos, tal vez no haya ingredientes perfectos, pero este mes me inspiré en la gente y quiero dedicar este texto a la persona que entienda el título.